#023 ◉ Maria Antonieta, ¡calla!
Ayer fui a Zara a recoger una gabardina y una sudadera que compré online en un momento de bajón.
Fue una compra compulsiva que sí, alegrará mi armario y los días que lo luzca, pero que en el fondo esa compra no solucionó el problema que me llevó a hacerla.
Lo peor de todo es que me prometí no más compras así, y a pesar de que lo he estado cumpliendo (5 meses con un cheque regalo de Zara sin tocar), caí en la trampa de creer que algo material calmaría mis nervios.
Estos días, el archiconocido síndrome del impostor ha tocado a mi puerta. Y yo, una vez más, le he dejado pasar y ahora se ha instalado en mi casa, en mi cama, en el bus, en la oficina... Está por todas partes y ha venido a decirme: ¿¡Quién me creo yo para querer montarme el chiringuito por mi cuenta?
Hace unos seis años, leí en el libro "Quién soy yo para hacer esto" de Laura Ribas (100% recomendable) y también en "Te mereces esto y más" de Nuria Pérez (200% recomendable) que lo mejor que puedo hacer con esa vocecita que me va minando la seguridad es darle forma; nombre, cara, cuerpo, ropa, accesorios... y empezar a charlar con ella.
Y eso he hecho: mi síndrome del impostor, la vocecita que me juzga día sí, día también, se llama María Antonieta, no es como Kirsten Dunst, se parece más a la real por lo que he visto en pinturas. Va de sabidilla, horriblemente maquillada, con muchos collares. También lleva gafas y un perfume muy fuerte y rancio que inunda cada estancia donde estoy.
Aparte de repetirme que a dónde voy yo queriendo apostar por mi marca personal y montármelo por mi cuenta, me anuncia que me voy a arruinar. Que saldrá todo mal, que nadie creerá en mí, que lo que escribo es basura y no le interesa a nadie. Que pronto se darán cuenta de que no valgo para esto. Que no tengo formación, que no fui ni a la universidad, que soy una impostora y que me acueste.
Evidentemente, aún no me he atrevido a decirle que se calle o que, como mínimo, me deje dormir.
He pensado que quizá escribiéndote esto a ti, me puede servir a mí para darme cuenta de lo absurdo que es todo y que ya es hora de sentarme a hablar con María Antonieta.
La voy a invitar a comer porque noto que la pobre tiene hambre de miedo, inseguridades y frustraciones. Le voy a decir que esta vez no, que sus trucos y sus charlas ya no van a funcionar, que he devuelto la gabardina que me hizo comprar porque no me gusta. - ¡Tus trucos no funcionan!, le diré.
Abriré las ventanas de mi casa, ese perfume rancio debe salir de mi vida, pero también le daré las gracias porque he aprendido que María Antonieta, mi María Antonieta, es mi miedo personificado que viene a protegerme.
María Antonieta, estaré bien.
No te preocupes más por mí. Podré con esto, saldré adelante. Tengo una familia que me quiere y me apoya y amigos que creen en mí. Así que lo mejor es que te marches y dejes que me equivoque porque me equivocaré, ¡estoy aprendiendo!.
María Antonieta, gracias, pero ahora necesito que vuelvas al lugar que te pertenece y que estés callada.
😎 Ayer fue un día para recordar. Ayer fue el día que Javier Aznar me hizo retweet, me respondió y me dio un ♥️
🎨 Mi tocaya Patricia ha lanzado un taller para enseñarte a expresar todas esas ideas que tienes en tu cabeza a través del dibujo. Si vives en Mallorca y quieres trabajar la creatividad, tienes esta bonita oportunidad.
📖 Otro libro añadido a mi bookwishlist. Escuché dos entrevistas que le hicieron a Daniel Figuero (el autor) y me gustó mucho como explicaba el mundo de los olores, los perfumes, anécdotas... Me da en la nariz que puede ser un libro bonito y divertido.
🤣 Alguna vez identificada con este padre, y aún muerta de risa con la hija. Aunque puedo sentirme orgullosa de los gustos musicales de mi hijo (de momento).
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¡GRACIAS por leerme! Te mando un fuerte abrazo y ¡te deseo una feliz semana!