¿Te ha pasado alguna vez eso de decir con toda la seguridad del mundo: «de esta agua no beberé» y luego, sin darte cuenta, te encuentras justo en medio de ese charco? A mí me ha pasado más veces de las que me gustaría admitir, y cada vez que lo pienso, me entra la risa (y un poquito de vergüenza también, para qué negarlo).
La última vez que me tocó comerme mis palabras fue hace una semana. Verás, yo siempre puse a Dios por testigo que jamás iría a una clase de Zumba. No porque tenga nada en contra, pero no es mi rollo, sobre todo el estilo de música. La profesora del polideportivo, cuando me veía por la sala de máquinas o en la sala donde imparten las clases dirigidas, me preguntaba que cuándo iría a una de sus clases. ¡Jamás!, respondía yo riéndome, no es lo mío.
Hace unas semanas, buscando motivos para dispersar la mente y reírme un ratillo, me apareció una historia de la clase de zumba de esta profe. Mi pensamiento automático fue: no parece tan chungo, y la música no es mala. Entonces empecé a pensar que quizá las clases de Zumba podrían ayudarme en eso que andaba buscando: dejar de pensar un rato, escuchar música y bailar. Así que antes de arrepentirme, escribí a la profe y le prometí que este viernes asistiría a su clase.
El viernes llegó, fui a la clase sin ninguna expectativa. ¡Y sí!, no pensé en todos los marrones que tengo sobre mi cabeza, y si lo hice fatal, como si nunca hubiera bailado en mi vida. Y me perdí entre los pasos, no sabía mover la cintura, coordinación menos cien y fueron cincuenta minutos de hacer el ridículo.
Cuando salí de la clase, me puse a pensar en que no es la primera vez que me como mis palabras. A lo largo de los años, he jurado y perjurado que «jamás haría tal cosa» o «nunca iría a tal lugar» solo para terminar haciéndolo con una sonrisa en la cara. Como esa vez que dije que jamás usaría pantalones de cintura alta porque «no me favorecen» y ahora tengo una colección de ellos en mi armario, o cuando aseguré que nunca me privaría del azucarillo para mi café con leche, y ahora no puedo beberme ningún café que lleve azúcar porque… buaj 🤮
Otra de las cosas que creí que nunca haría, sería registrarme en una App para conocer gente. Bien, pues, lo hice y me sentí más ridícula que en la clase de Zumba, todo hay que decirlo, y no duré ni 24 horas ahí dentro y no porque no me parezca bien estar ahí, más bien fue porque tenía que pagar para ver qué personas habían conectado conmigo. Nada es gratis en esta vida.
¿Por qué nos resistimos tanto a ciertas cosas? Creo que parte de ello es miedo a lo desconocido o simplemente orgullo. Nos aferramos a nuestras creencias, por tontas que sean, como si nos definieran. «Yo nunca haría esto» se convierte en una especie de mantra, una forma de decir: «esto no va conmigo». Pero la vida, como siempre, tiene sus propios planes. Te pone delante oportunidades, situaciones, personas, y antes de que te des cuenta, estás haciendo justo aquello que juraste evitar.
La lección que estoy intentando aprender de todo esto es sencilla: nunca digas nunca. Al final, lo que evito con tanto empeño, a menudo termina siendo algo que disfruto o, al menos, algo que me enseña más sobre mí misma. Tal vez lo que en realidad estoy diciendo con un «de esta agua no beberé» es que no estoy lista para enfrentarme a algo nuevo, o que aún no he descubierto esa parte de mí que podría disfrutarlo.
Así que, si alguna vez me veo diciendo «yo nunca…», recordaré que en ese «nunca» se esconde algo que vale la pena experimentar. Y sustituiré ese “nunca” por: “aún no estoy preparada para esto”.
Y por si te lo estás preguntando, sí, voy a seguir yendo a clases de Zumba 🤪 con cero expectativas, solo para reír, hacer un tipo de ejercicio diferente y desafiarme, pero sin presión alguna.
Cuéntame, ¿qué «nunca» te has tragado recientemente? Me encantaría leer tu historia.
Esta semana no hay hack, pero sí hay una plantilla de Notion totalmente free.
Visto que un 89% de los lectores y lectoras votó sí a compartir mi plantilla de Notion donde tengo un registro de todos mis libros de lectura (GRACIAS 🖤). He trabajado en ella para que todo funcionara bien y aquí te la dejo, ¡espero que la disfrutes!, y por supuesto acepto sugerencias de mejoras o lo que se te ocurra.
Y para el 9% que respondió que no sabe qué es Notion, os recomiendo que le echéis un vistazo a este video de Judith Güell donde explica qué es Notion y cómo empezar a usar esta herramienta desde cero.
Por si aún no lo sabes, me gusta escribir estas cartas con un café con leche y a veces con un delicioso croissant de mantequilla, así que si quieres contribuir a financiar mi próximo desayuno o merienda, te estaré eternamente agradecida. Escribir estas cartas sin un café y un dulce de por medio se hace duro 🤪
🎬 Esta semana vi la película "Un millón de minutos" (Amazon Prime) una película alemana dirigida por Christopher Doll que se estrenó este año. La trama sigue la historia de la familia Küper, compuesta por Wolf, Vera y sus hijos Nina y Simon, quienes viven en Berlín. A pesar de llevar una vida aparentemente perfecta, la familia se enfrenta a una crisis cuando a Nina, su hija, le diagnostican un trastorno motor. Este diagnóstico lleva al padre, a reflexionar sobre la importancia de pasar tiempo de calidad con sus seres queridos.
El título de la película hace referencia al deseo de Nina de pasar "un millón de minutos" disfrutando de actividades agradables junto a su familia. Esto impulsa a Wolf y a su esposa Vera a tomar la decisión de embarcarse en un viaje de 694 días (un millón de minutos) alrededor del mundo, buscando un estilo de vida más satisfactorio y significativo para todos ellos.
Me gustó mucho más de lo que esperaba. La película ofrece una profunda reflexión sobre la importancia de pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos. En un mundo donde el estrés laboral y las responsabilidades suelen ocupar la mayor parte de nuestro tiempo, esta película nos recuerda que lo verdaderamente valioso no es el éxito profesional o financiero, sino el tiempo que compartimos con quienes amamos. Y eso es algo que me tocó de cerca hace muy poco renunciando a un trabajo que sí, en pocos meses ganaba bastante dinero, pero que el estrés y el tiempo que le dedicaba afectaba a la vida con mi familia.
Otros motivos por los que te recomiendo que la veas son porque está basada en hechos reales, lo que da un plus (al menos para mí) y que la película no solo se desarrolla en Berlín, sino que también te lleva a través de un viaje visual a Tailandia e Islandia, los dos primeros destinos de esta aventura. Por supuesto las imágenes de Islandia me dejaron maravillada, me encantaría ir o como los Küper, vivir un tiempo allí. Si la ves, ya me cuentas qué tal en comentarios.
📓 “Diario de una ama de casa desquiciada” de Sue Kaufma (Libros del Asteroide) es el libro que me acompaña cada noche. Aún no lo he terminado, pero me está gustando porque todo lo que son Diarios me gustan, si además hay ironía, me gusta el doble.
🤣 Maravilla de anuncio de compresas femeninas. 🌊 🙌🏻 Una ola para el equipo creativo.
🤖 Alexa parece haber existido desde hace muchísimo tiempo. Si no te lo crees, mira este anuncio video.
🎙️ La ilustradora Naranjalidad dice: “Ya nunca más voy a hacerme chiquitita para encajar en sitios que se me quedan pequeños.” Y lo representa así de bonito.
🤣 ¿Con qué me he reído esta semana? Aparte de reírme de mí misma en la clase de Zumba, este video ha hecho que casi tenga que usar una compresa de esas chinas.
🎶 Esta semana, añado a la playlist de “Newslater”, una canción icónica de los ‘90 para añadir ese toque nostálgico a esta carta.
Aunque debo reconocer que esta versión de Royel Otis me gusta igual o más que la original. 🙈
Por cierto, “Linger” fue la primera canción que Dolores O'Riordan, la vocalista de The Cranberries, escribió para la banda. En realidad, la banda tenía una versión de la música de "Linger" antes de que Dolores se uniera en el año 1990, pero fue su contribución la que transformó la canción en lo que conocemos hoy.
Feliz semana, con cariño,
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Es algo normal retractarse, pero tampoco pasa nada. Pocas veces conseguimos ser tan fieles a una decisión. Como que dije, que no usaría una app para escribir un "diario" y al final lo hice. Besos.
Me ha encantado!!!! Qué bien leerte ! ( soy Leonor del Club de Lectura)