◉ Lo que nadie quiere contar
Hablemos de lo que duele, lo que pesa y lo que nadie menciona.
Desde que empecé con mi blog allá por 2008, y lo convertí en newsletter hace unos cuatro años, he escrito mucho sobre mis mierdecitas mentales. 💩 Siempre con el miedo de estar hablando más de cosas negativas que de temas más alegres. Pero con cada entrada o newsletter donde abordaba un asunto así, recibía no una, sino varias respuestas de personas que estaban pasando por lo mismo, se sentían identificadas o simplemente me daban las gracias por poner palabras a algo que les daba vergüenza verbalizar.
Todo este rollo viene porque estoy un pelín saturada de leer historias y entrevistas de gente que lo ha petado o lo está petando:
«Hoy hablamos con Fulanito, que en menos de 6 meses ha conseguido 7.000 suscriptores.»
«En el podcast de hoy entrevistamos a Menganita, que ha publicado 3 novelas en menos de 3 años y ha facturado más de 5.000 euros al mes.»
¿Y por qué no hay entrevistas a personas que no han conseguido nada, pero que están luchando por hacerlo? Personas enfrentándose a miedos, conflictos laborales, priorizando llegar a fin de mes antes que dedicarse a su pasión. Gente que está en un mal momento, bloqueada y sin encontrar salida.
No me vale el típico argumento de que escuchando a esas personas triunfadoras puedes aprender (previo pago del curso de turno que hayan lanzado) a conseguir lo mismo. Porque no es así. Cada persona es un mundo, y sus circunstancias y entornos importan.
Muchas veces he pensado en abrir un podcast con una amiga. Ella tiene un nombre brillante para el proyecto (que me reservo, por si acaso un día nos lanzamos). Aunque mi amiga y yo estamos convencidas de que con este podcast terminaríamos así 👇🏻
Bromas aparte, no trataríamos de contar grandes éxitos ni logros increíbles, sino de dar voz a historias reales. Un espacio donde personas en pleno proceso puedan hablar sin pretensiones de cómo enfrentan sus bloqueos, sus miedos o incluso su falta de esperanza. Un lugar donde el «lo estoy intentando» valga más que el «lo conseguí».
Imagino una charla que no busque deslumbrar, sino conectar. Porque, a veces, lo único que necesitas no es un tutorial de cómo triunfar, sino escuchar que no estás solo en el lío. Sería una conversación donde el fracaso no es un punto final, sino una etapa más del camino.
Imagino una conversación que empiece con un: «¡Hola, Pepe! ¿Cómo estás?», y que Pepe pueda responder: «Pues estoy hecho una mierda. No consigo salir del bloqueo, siento que mi rendimiento va en caída libre y ya no sé qué puedo hacer. O quizá: ‘Hecho una mierda porque llevo tres entrevistas de trabajo y no consigo pasar al siguiente nivel de entrevista, siempre me quedo en la fase 1 y estoy analizando qué es lo que falla en mi speech’.»
Claro que nadie quiere entrevistar a personas que cuenten historias incómodas o participar en una conversación donde el invitado no esté en su momento más brillante. Es igual que cuando te cruzas con un amigo y le preguntas: «¿Qué tal estás?», esperando que te diga «Todo bien» porque, seamos sinceros, muchas veces no tenemos ganas de escuchar problemas o historias tristes. Suficiente tenemos con lo nuestro, ¿verdad?
Ahora que está de moda que en las redes sociales las fotos y vídeos sean sin filtros, más naturales, mostrando la cruda realidad, estaría genial que el storytelling que consumimos también diera un paso hacia esa autenticidad. Ya sabemos quiénes son los gurús de turno, los que lo están petando en LinkedIn o Substack. Hay filtros para saber, por país, quién es la persona más leída en Substack. Pero, ¿sabemos quién es la persona que más necesita ser escuchada? No. Eso no lo sabemos ni parece que interese.
Por mi parte, cada email o título de newsletter que diga: «Te presento a Pepe, que en 3 meses ha conseguido esto y aquello» se va directo a la papelera o, peor aún, a SPAM. ¿Es una amenaza? Sin duda alguna, sí.
👍🏻 La mejor manera, para mí, de contar el crecimiento de un proyecto:
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Llevo en Escribe Pro desde el primer día y lo que he aprendido y me queda por aprender es infinito y de una calidad que no he encontrado en otras membresías de las que he terminado saliendo.
Lo más importante, nada más entrar, ya tienes acceso a tooodo el contenido creado por Víctor desde el primer día. A mí eso me parece una maravilla, porque desde que te unes, ya puedes empezar a trabajar en tu proyecto de escritura.
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🪦 ¿Has perdido a un ser querido? Recupérate en 48 h. Así reza la viñeta de comic que ha hecho Moderna de Pueblo sobre el duelo. Porque si te casas, tienes un permiso laboral de 15 días, pero si se muere tu madre o padre, hermana… tienes 48 h para pasar “el mal rato” y luego volver a la vida normal.
Cuando murió mi madre, como tengo “la gran suerte” de ser autónoma, pude tomarme 10 días, claro que esos diez días se descontaron de mi factura y no me los tomé con todos los clientes que tuve. Es decir, seguí trabajando porque no me podía permitir dejar de hacerlo al 100%. Tampoco sirvieron de mucho, mi rendimiento bajó aún a mi vuelta, no cumplí expectativas y uno de los clientes prescindió de mis servicios dos meses después de haber fallecido mi madre.
🎙️ Recién salido del horno el podcast: Bendita sed. La historia de la editorial de Alfaguara con la maravillosa voz de Nuria Pérez.
💔 Curiosamente esta historia que nada tiene que ver con el éxito, más bien todo lo contrario, se hizo viral en noviembre, yo no he sabido de ella hasta hoy y desde que la he leído, tengo el corazón encogido. El problema de la falta de vivienda en EE. UU. es un horror. Y este artículo me ha hecho pensar que, quizá, nadie está exento de terminar viviendo en la calle.
¡Por cierto!, gracias a que el artículo se hizo viral,
ha conseguido pagarse un hogar, por ahora. O al menos así lo menciona él en un comentario.📲 ¿Cómo llevas el tema de las capturas de pantalla?
“Mi identidad tiembla si depende de mi profesión, si intento apropiarme de lo que estudié. En cuanto a mi oficio, lo que hago cada día requiere tanta pérdida de tiempo como parte sustancial de su resultado que tampoco puedo decir nada digno”
Pasaje del libro Gozo, de Azahara Alonso. (Ed. Siruela)
📻 Durante las fiestas, necesité de música que me levantara el ánimo, que hiciera que moviera el cuerpo y bloquear esos pensamientos intrusivos que, en ese momento, no necesitaba. Aquí va una canción que me ayudó.
Feliz semana, con cariño,
¿Me invitas? ☕️ 🥐 Por si aún no lo sabes, me gusta escribir estas cartas con un café con leche y a veces con un delicioso croissant de mantequilla, así que si quieres contribuir a financiar mi próximo desayuno, te estaré eternamente agradecida.
🙏🏻 Si te ha gustado esta carta, házmelo saber con un 🩷 o comentario.
💞 También puedes compartirla con personas a las que consideres que les puede gustar.
🔄 O responderme por email o dejarme un comentario. Este espacio siempre ha sido una charla entre amigas. Y me encantaría que siguiera siendo así 🫶🏻
Yo creo que en muchas redes sociales impera la polaridad. Historias de triunfadores, vidas perfectas, trabajo soñados y éxito rotundo (es lo que más se ve). También veo mucho el que busca despertar la lástima, victimizarse y monetizar la desgracia. Y después estamos los invisibles 😂 los que no estamos bien, pero tampoco mal. Que sobrevivimos, y ya.
Yo me conformo con un lugar donde un “lo estoy intentando” tenga valor. Qué joy me da leerte gemelier 💛